sábado, 28 de julio de 2012
Río Bajo el Río
Clarissa Pinkola Estés, “Mujeres que corren con los lobos” (“El aullido: la resurrección de la Mujer Salvaje”)
Los Cuatro Rabinos
Una noche cuatro rabinos recibieron la visita de un ángel que los despertó y los transportó a la Séptima Bóveda del Séptimo Cielo. Allí contemplaron la Sagrada Rueda de Ezequiel.
En determinado momento de su descenso del Pardes, el Paraíso, a la tierra, uno de los rabinos, tras haber contemplado semejante esplendor, perdió el juicio y vagó echando espumarajos por la boca hasta el fin de sus días. El segundo rabino era extremadamente cínico: "He visto en sueños la Rueda de Ezequiel, eso es todo. No ha ocurrido nada en realidad." El tercer rabino no paraba de hablar de lo que había visto, pues estaba totalmente obsesionado. Hablaba por los codos, describiendo cómo estaba construido todo aquello y lo que significaba... hasta que, al final, se extravió y traicionó su fe. El cuarto rabino, que era un poeta, tomó un papel y una caña, se sentó junto a la ventana y se puso a escribir una canción tras otra sobre la paloma de la tarde, su hija en la cuna y todas las estrellas del cielo. Y de esta manera vivió su vida mejor que antes.
Clarissa Pinkola Estés, “Mujeres que corren con los lobos” (“El aullido: la resurrección de la Mujer Salvaje”)
viernes, 27 de julio de 2012
¿Dónde habita la Loba?
Cualquiera que sea su nombre, la fuerza personificada por La Loba encierra en sí el pasado personal y el antiguo, pues ha sobrevivido generación tras generación y es más vieja que el tiempo. Es la archivera de la intención femenina y la conservadora de la tradición de la hembra. Los pelos de su bigote perciben el futuro; tiene la lechosa y perspicaz mirada de una vieja bruja; vive simultáneamente en el presente y en el pasado y subsana los errores de una parte bailando con la Otra.
La vieja, La Que Sabe, está dentro de nosotras. Prospera en la más profunda psique de las mujeres, en el antiguo y vital Yo salvaje. Su hogar es aquel lugar del tiempo en el que se juntan el espíritu de las mujeres y el espíritu de La Loba, el lugar donde se mezclan la mente y el instinto, el lugar donde la vida profunda de una mujer es el fundamento de su vida corriente. Es el lugar donde se besan el Yo y el Tú, el lugar donde las mujeres corren espiritualmente con los lobos.
Esta vieja se encuentra situada entre los mundos de la racionalidad y del mito. Es el eje en torno al cual giran los dos mundos. La tierra que se interpone entre ambos es ese inexplicable lugar que todas reconocemos en cuanto llegamos a él, pero sus matices se nos escapan y cambian de forma cuando tratamos.
Clarissa Pinkola Estés, “Mujeres que corren con los lobos” (“El aullido: la resurrección de la Mujer Salvaje”)
Cantar sobre los huesos
Cantar sobre los huesos
jueves, 26 de julio de 2012
La Loba
miércoles, 25 de julio de 2012
El suicida
No quedará en la noche una estrella.
No quedará la noche.
Moriré y conmigo la suma
Del intolerable universo.
Borraré las pirámides, las medallas, Los continentes y las caras.
Borraré la acumulación del pasado.
Haré polvo la historia, polvo el polvo.
Estoy mirando el último poniente.
Oigo el último pájaro.
Lego la nada a nadie.
Remordimiento por cualquier Muerte
Libre de la memoria y de la esperanza, ilimitado, abstracto, casi futuro, el muerto no es un muerto: es la muerte.
Como el Dios de los místicos, de Quien deben negarse todos los predicados, el muerto ubicuamente ajeno no es sino la perdición y ausencia del mundo.
Todo se lo robamos, no le dejamos ni un color ni una sílaba: aquí está el patio que ya no comparten sus ojos, allí la acera donde acechó sus esperanzas.
Hasta lo que pensamos podría estarlo pensando él también; nos hemos repartido como ladrones el caudal de las noches y de los días.
De Jorge Luis Borges
El Cómplice
El Cómplice
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Me crucifican y yo debo ser la cruz y los clavos.
Me tienden la copa y yo debo ser la cicuta.
Me engañan y yo debo ser la mentira.
Me incendian y yo debo ser el infierno.
Debo alabar y agradecer cada instante del tiempo.
Mi alimento es todas las cosas.
El peso preciso del universo, la humillación, el júbilo.
Debo justificar lo que me hiere.
No importa mi ventura o mi desventura.
Soy el poeta
martes, 24 de julio de 2012
Encontrar la Naturaleza Salvaje
lunes, 23 de julio de 2012
El Poder de los Cuentos II
El poder de los cuentos
sábado, 21 de julio de 2012
¿Qué es la Mujer Salvaje?
Unirse a la naturaleza instintiva
jueves, 19 de julio de 2012
Ruptura con la fuerza salvaje de la psique
miércoles, 18 de julio de 2012
La comprensión de la naturaleza de la Mujer Salvaje
martes, 17 de julio de 2012
Reencuentro con la Mujer Salvaje
lunes, 16 de julio de 2012
Tocar a la Puerta por la Mujer Salvaje
Cantando sobre los huesos II
Ajedrez
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Ajedrez
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I
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En su grave rincón, los jugadores
Rigen las lentas piezas. El tablero Los demora hasta el alba en su severo Ambito en que se odian dos colores.
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Adentro irradian mágicos rigores
Las formas: torre homérica, ligero Caballo, armada reina, rey postrero, Oblicuo alfil y peones agresores.
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Cuando los jugadores se hayan ido, Cuando el tiempo los haya consumido, Ciertamente no habrá cesado el rito.
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En el Oriente se encendió esta guerra Cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.
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II
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Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada Reina, torre directa y peón ladino Sobre lo negro y blanco del camino Buscan y libran su batalla armada
No saben que la mano señalada
Del jugador gobierna su destino,
No saben que un rigor adamantino
Sujeta su albedrío y su jornada.
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También el jugador es prisionero
(La sentencia es de Omar) de otro tablero De negras noches y de blancos días.
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Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué dios detrás de Dios la trama empieza De polvo y tiempo y sueño y agonías?
domingo, 15 de julio de 2012
Cantando sobre los huesos I
Los lobos sanos y las mujeres sanas comparten ciertas características psíquicas: una aguda percepción, un espíritu lúdico y una elevada capacidad de afecto. Los lobos y las mujeres son sociables e inquisitivos por naturaleza y están dotados de una gran fuerza y resistencia. Son también extremadamente intuitivos y se preocupan con fervor por sus vástagos, sus parejas y su manada. Son expertos en el arte de adaptarse a las circunstancias siempre cambiantes y son fieramente leales y valientes.
Y, sin embargo, ambos han sido perseguidos, hostigados y falsamente acusados de ser voraces, taimados y demasiado agresivos y de valer menos que sus detractores. Han sido el blanco de aquellos que no sólo quisieran limpiar la selva sino también el territorio salvaje de la psique, sofocando lo instintivo hasta el punto de no dejar ni rastro de él. La depredación que ejercen sobre los lobos y las mujeres aquellos que no los comprenden es sorprendentemente similar.
Clarissa Pinkola Estés en "Mujeres que corren con los lobos", (Introducción: Cantando sobre los huesos).
viernes, 6 de julio de 2012
El hallazgo de la manada
Muchas Mujeres son hijas de unos progenitores que en su infancia las estudiaban, preguntándose cómo era posible que aquella pequeña intrusa hubiera conseguido introducirse en la familia.
Otros progenitores se pasaban el rato con los ojos en blanco sin prestar la menor atención a su hija o bien la maltrataban o la miraban con frialdad.
Las Mujeres que han pasado por esta experiencia tienen que animarse.
Se han vengado siendo, sin culpa por su parte, un engorro al que sus padres han tenido que criar y una espina clavada permanentemente en sus costados. Y hasta es muy posible que hoy en día sean capaces de causarles un profundo temor cuando llaman a su puerta.
No está del todo mal como justo castigo infligido por el inocente.
Hay que dedicar menos tiempo a pensar en lo que ellos no dieron.Y más tiempo a buscar a las personas que nos corresponden.
Es muy posible que una persona no pertenezca en absoluto a su familia biológica.
Es muy posible que, desde un punto de vista genético, pertenezca a su familia, pero por temperamento se incorpore a otro grupo de personas.
También cabe la posibilidad de que alguien pertenezca aparentemente a su familia, pero su alma se escape de un salto, corra calle abajo y sea glotonamente feliz zampándosepastelillos espirituales en otro sitio…
"Mujeres que corren con lobos"- Clarissa Pínkola Estés.
Capitulo 6.- El Hallazgo de la Manada