martes, 15 de febrero de 2011

Invictus

INVICTUS


Out of the night that covers me,
Black as the Pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul. -
In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed. -
Beyond this place of wrath and tears
Looms but the horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds, and shall find me, unafraid.
It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate;
I am the captain of my soul. 


INVICTUS 


Más allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma invicta.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la Sombra,
la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.

Poema de William Ernest Henley

martes, 1 de febrero de 2011

Etica

Es el reconocimiento de lo humano por lo humano el que nos constituye como seres morales y todo reconocimiento implica reciprocidad, aunque sea como una virtualidad que se adelanta a la respuesta del otro (que puede ser quien me ignora, quien me rechaza, incluso el aún no nacido) para propiciarla y abrir el espacio de un encuentro cuyo cumplimiento efectivo no está en nuestra mano asegurar. Cualquier interacción  humana - y la decisión ética lo es- comporta reciprocidad no como resultado sino como su planteamiento. La humanidad del otro, reconocida o prevista, me convoca al comportamiento moral y también responde a él, aunque sea asimétricamente y en silencio. Por tal razón, desde luego, la decisión ética forma parte de mi autoafirmación -de mi conatus spinizista- en cuanto búsqueda del más alto de mis intereses como hombre. 

Fragmento de Etica de Fernando Savater

jueves, 27 de enero de 2011

Besarse, mujer...


Besarse, mujer,
al sol, es besarnos
en toda la vida.
Asciende los labios,
eléctricamente
vibrantes de rayos,
con todo el furor
de un sol entre cuatro.

Besarse a la luna,
mujer, es besarnos
en toda la muerte:
descienden los labios,
con toda la luna
pidiendo su ocaso,
del labio de arriba,
del labio de abajo,
gastada y helada
y en cuatro pedazos.



Miguel Hernández

miércoles, 19 de enero de 2011

Sobre los libros


Sólo un libro que se mantiene siempre, página tras página sobre su nivel y que arrastra al lector hasta la última línea sin dejarle tomar aliento, me proporciona un perfecto deleite. Nueve de cada diez libros que caen en mis manos, los encuentro sobrecargados de descripciones superfluas, diálogos extensos y figuras secundarias inútiles, que les quitan tensión y les restan dinamismo.

Stefan Zweig

martes, 18 de enero de 2011

Género y Democracia (Parte V)



(…) Francois Poulain de la Barre, quien, ya desde 1673, argumenta en contra de la pretendida inferioridad natural de las mujeres y sus consecuencias sobre la subordinación femenina. Poulain, quien edita en ese año su libro Sobre la igualdad de los sexos, lleva al terreno de la ética la tesis de Descartes para afirmar contra la misoginia que "el entendimiento no tiene sexo" (…)

(…) Las mujeres, dice Poulain, no reciben una educación adecuada y tienen vedadas todas las actividades que cultivarían su espíritu y su razón. Es imposible, entonces, que desarrollen y demuestren el carácter que se exige a un individuo para considerarlo merecedor de su autonomía. Por lo demás, Poulain critica la acción de subordinar a alguien en virtud de una característica física (…)

Fragmentos de "Género y Democracia"
De Estela Serret

lunes, 17 de enero de 2011

Quien alumbra

Cuando me miras
mis ojos son llaves,
el muro tiene secretos,
mi temor palabras, poemas.
Sólo tu haces de mi memoria
una viajera fascinada,
un fuego incesante

Alejandra Pizarnik

domingo, 16 de enero de 2011

Sobre competir

"Si quieres entablar competición con los otros príncipes, no consideres haberlos vencido por el hecho de que les hayas quitado parte del poder. Los vencerás verdaderamente si fueras menos corrupto que ellos, menos avaro, arrogante, iracundo" 

Erasmo de Rotterdam en "La educación del príncipe cristiano".

Demasiados nombres (fragmento)

Esto quiere decir que apenas
desembarcamos en la vida,
que venimos recién naciendo,
que nos llenamos la boca,
con tantos nombres inseguros,
con tantas etiquetas tristes,
con tantas letras rimbombantes,
con tanto tuyo y tanto mío,
con tanta firma en los papeles

Pablo Neruda

jueves, 13 de enero de 2011

De las fiestas



Y cuando todo el mundo se iba
y nos quedábamos los dos
entre vasos vacíos y ceniceros sucios,

qué hermoso era saber que estabas
ahí como un remanso,
sola conmigo al borde de la noche,
y que durabas, eras más que el tiempo,

eras la que no se iba
porque una misma almohada
y una misma tibieza
iba a llamarnos otra vez
a despertar al nuevo día,
juntos, riendo, despeinados.


De Julio Cortázar.

martes, 11 de enero de 2011

Género y Democracia (Parte IV).

(…) A partir de la revolución teórica y social impulsada y expresada por el racionalismo desde el siglo XVII,  se gesta la crítica ética y política que habrá de bautizarse como feminismo siglo y medio más tarde (…)

(…) El Iusnaturalismo aplica un criterio de universalización a las ideas del individuo, racionalidad y autonomía, de tal modo que la igualdad natural, deducida de la capacidad de discernimiento, se pretende propia de todos los seres humanos y no sólo de los hombres libres.

Esta recuperación/reconstrucción del individuo se refuerza por un desplazamiento en el objeto de atención filosófica: el racionalismo moderno puede considerarse también heredero del antropocentrismo característico del pensamiento renacentista.  En efecto, Hobbes y sus seguidores fijan su atención en el beneficio que puede traer al individuo la vida civil y el sometimiento a una norma común en lugar de pensar en la contribución del individuo al bienestar del cuerpo político (…)

Fragmentos de "Género y Democracia"
De Estela Serret

lunes, 10 de enero de 2011

Género y Democracia (Parte III).

(…) Según la tipificación del propio Aristóteles los gobiernos difieren entre sí  por el número de sus gobernantes, pero esto no afecta sustancialmente sus virtudes. Es irrelevante si son pocos o muchos quienes toman las decisiones; lo importante es que los gobernantes actúen de acuerdo con la Ley que da cuerpo a la comunidad. Teniendo en cuenta estas consideraciones, Aristóteles brinda un modelo racional de análisis según el cual divide a los gobiernos por dos criterios: cualitativo y cuantitativo. Del cruce de ambos deduce la existencia de gobiernos buenos y malos que pueden estar regidos por uno, poco  o muchos mandatarios. El resultado podría organizarse en el cuadro siguiente:

Criterio Cuantitativo
Buen Gobierno- a través de leyes (Gobiernos Rectos)
Mal Gobierno- a través de decretos (Gobiernos Desviados)
Gobierno de uno
Monarquía
Tiranía
Gobierno de pocos
Aristocracia
Oligarquía
Gobierno de muchos
República
Democracia

(…) Como vemos, de acuerdo con lo anterior, la democracia esta concebida como una forma de gobierno desviado, es decir, aunque sus gobernantes son muchos, o los más, su espíritu no es el de la preservación del bien común, sino el de la obtención de beneficios particulares. Por ello, sus mandatos se ciñen a la Ley, sino que están expresados en decretos, frutos de una coyuntura, y dictados para satisfacer los intereses de los miembros de la asamblea.

Fragmentos de "Género y Democracia"
De Estela Serret

domingo, 26 de diciembre de 2010

El gringo que entendió a México VII



México, en definitiva, debía buscar como modelos a Suiza o Dinamarca en vez de a Estados Unidos. La gran apuesta industrial solo le parecía sensata "como suplemento de una economía agrícola" que descansara sobre "la energía maravillosa y la capacidad cohesiva de la comunidad rural":

 

Se usaría la colectividad del campo en su plena extensión, vigorizándola con la técnica y la destreza de la ciencia moderna en su aplicación a pequeños sectores. México, estoy convencido, puede alcanzar su desarrollo cultural y económico más pleno sólo adoptando una política consustancial a su verdadero genio: el robustecimiento de la comunidad local. Cualquier plan que destruya la vitalidad de la comunidad rural mexicana tendrá trágicas consecuencias y repetirá el caso de los tugurios de la primera época industrialista, sin cumplir la promesa de una producción incrementada que procure ocupación y sustento a los cincuenta 
o sesenta millones de mexicanos que vivirán a fin de siglo si continúa el ritmo actual de crecimiento demográfico, como probablemente ocurrirá durante las dos generaciones inmediatas.

 

Fragmento de El gringo que entendió a México
Frank Tannembaum citado en un ensayo de Enrique Krauze, tomado de la revista Letras Libres de Diciembre de 2010.

viernes, 24 de diciembre de 2010

El gringo que entendió a México VI


Su último y desencantado libro sobre México apareció en 1950. Como un eco de una obra de Kropotkin (La conquête du pain), se tituló Mexico, the struggle for peace and bread. Tannenbaum reconocía la existencia de dos países: el México parroquial y el moderno. Por un lado estaba el país rural, la mayor parte de la población viviendo en comunidades pequeñas como las que respondieron a la encuesta. De hecho, según el censo de 1950, el 63% de los mexicanos vivía aún en comunidades de menos de cien habitantes. Por otro, el México urbano, que buscaba quemar etapas e industrializarse. ¿Podría lograrlo a la velocidad y con los resultados que se esperaban? Tannenbaum lo dudaba y su duda –debidamente argumentada– irritó a muchos mexicanos.

 

(…) La nueva industria, sobre todo la manufacturera, mostraba índices notables de crecimiento y una apreciable capacidad exportadora. Pero era allí, justamente, adonde enfilaba sus reparos. ¿A qué costo social se industrializaba México?

 

Una pequeña clase obrera privilegiada que no abarcaba más del 20% de la población se estaba desarrollando sin conexión alguna con la gran masa del pueblo. La situación –apuntaba Tannenbaum– contenía "todos los elementos de la tragedia, y los líderes sindicales mexicanos no pueden soslayar las consecuencias que van implícitas en este programa". Lo que el México moderno tenía que ofrecer al México parroquial era muy poco. Excepto los artículos industriales a bajo precio (vestidos, zapatos), la industria no estaba orientada hacia la gran masa de consumidores hambrientos del campo. ¿No había allí una oportunidad para toda clase de instrumentos e iniciativas (crediticias, educativas, técnicas, incluidas las máquinas de coser) que pudiesen equipar productivamente a la comunidad, sin desarraigarla, desvirtuarla o destruirla? Tannenbaum lo creía así, y de ahí extrajo sus conclusiones:

 

"Lo que México necesita es enriquecer sus comunidades locales para lograr una producción agrícola cada vez más amplia, y aumentar la variedad y calidad de los bienes producidos por las artesanías locales, en cantidad suficiente para las necesidades domésticas, y, además, para la exportación. México necesita realmente una filosofía de cosas pequeñas. La escuela rural mexicana fue eso en sus principios, y sobre tales cimientos deben continuar levantándose las nuevas estructuras."

 

¿Qué eran esas cosas pequeñas? No solo artesanías. Tannenbaum –anarquista creativo, ingeniero social– aportaba varios ejemplos para apoyar la vida de las comunidades mexicanas: pequeñas presas que podían servir como estanques para proyectos piscícolas, motores de combustión interna, pequeñas plantas hidroeléctricas, programas hidropónicos para el cultivo de papas, maíz y otros vegetales, proveeduría de materiales químicos, preparación de abonos, cultivo de frutales en parcelas escolares, artes locales, selección de semillas, sanidad local, cría de animales, apicultura.


Fragmento de El gringo que entendió a México
Frank Tannembaum citado en un ensayo de Enrique Krauze, tomado de la revista Letras Libres de Diciembre de 2010.

jueves, 23 de diciembre de 2010

El gringo que entendió a México V


En 1948, la revista Foreign Affairs publicó un nuevo ensayo suyo: "Personal government in Mexico". Por una parte, trataba de explicar el extraño fenómeno de la concentración de poder en las manos de una persona: "En México, el gobierno es el presidente. No hay otra manera de expresarlo." Sensible a la presencia del pasado, Tannenbaum explicaba que el presidente en México representaba el papel de un gran padre. De allí desprendió un párrafo memorable sobre la antigua cultura política (indígena y española) que subyacía al poder presidencial (tutelar, paternal, absoluto) en México:

 

"[El gobierno] al igual que todo padre, debe mandar en forma personal, detallada, sin delegar su autoridad, so pena de perderla. Hombres grandes y pequeños esperarán sentados en la antesala para obtener audiencia sobre algún mínimo detalle que cualquier empleado podría haber resuelto. Pero el empleado es apenas una insignificante sombra de lo que es el gran padre, y lo mismo sucede con el miembro del gabinete. La personalidad del presidente debe estar presente en cualquier transacción entre la gente del campo y su gobierno, por poco importante que ésa sea; el tiempo no tiene ningún significado. Podrían pasar años antes de conseguir la audiencia, así como para conseguir que el dictamen venga de la única fuente de autoridad que es no sólo política, sino moral. Aquí es donde la administración se inutiliza. Como buen padre, el presidente no puede decir "no", y si lo hace, ese "no" no es terminante. Sin duda el corazón del padre puede ablandarse, su bondad puede renacer, sus verdaderas virtudes como padre pueden influir en los problemas que se presentan. Estos asuntos son tan pequeños, tan insignificantes, y el presidente es tan grande y todopoderoso, que únicamente los malos consejeros impiden que él pueda impartir la justicia que pide su pueblo, y si se la niega, entonces no es un verdadero padre, no es un verdadero líder, gobierna arbitrariamente y sin autoridad moral. Es un padrastro, un tirano, un usurpador, un villano, o bien no tiene poder; es sólo un instrumento en manos de fuerzas enemigas y hostiles. Se vuelve necesario echarlo del poder. No existe alternativa entre el gobierno personal y la revolución. La ineficiencia, la corrupción, inclusive la crueldad, cuando son personales, son todas aceptables. Lo que no es aceptable es el gobierno frío, impersonal, eficiente. El cumplimiento no es importante; lo importante es la promesa. La gente siempre estará dispuesta a esperar mientras no se le haga a un lado."


Fragmento de El gringo que entendió a México
Frank Tannembaum citado en un ensayo de Enrique Krauze, tomado de la revista Letras Libres de Diciembre de 2010.

lunes, 20 de diciembre de 2010

El gringo que entendió a México IV


A su juicio, el presidente Cárdenas había tenido muchas otras virtudes: había gobernando con las manos limpias de sangre, había suprimido la revolución como medio normal de trasmitir el poder y había enseñado al pueblo de México que puede ser gobernado sin violencia. 

 

"Sin fanfarronería, sin ademanes rimbombantes o histéricos, sin negar al pueblo su derecho de petición" había gobernado cerca de este. Si el proyecto social de Cárdenas no se cumplió cabalmente, argüía Tannenbaum, fue por falta de tiempo y por falta de devoción en los hombres: "no encontró un número suficiente de colaboradores honestos, capaces, dedicados y altruistas como los misioneros de otros tiempos". Y en una alusión clara a la generación política de Miguel Alemán (la semblanza de Cárdenas se publicaba en 1960) Tannenbaum lamentaba: "Fue la carencia de dedicación, el gusano del engrandecimiento de sí mismo y la ambición personal lo que redujo la eficacia del esfuerzo por rehacer a México."

 

Fragmento de El gringo que entendió a México
Frank Tannembaum citado en un ensayo de Enrique Krauze, tomado de la revista Letras Libres de Diciembre de 2010.

El gringo que entendió a México III


"México se caracterizará por miles de pequeñas comunidades que poseerán sus tierras en un orden casi comunal y se cultivarán colectivamente; habrá una escuela en el centro de la población, existirá un alto nivel de cooperación en la comunidad para un gran número de actividades, y se formará una base para un gobierno democrático apoyado en una comunidad unificada. Este es el ideal. De ser nuevamente derrotado el pueblo, la respuesta inevitable sería una convulsión que derivará en un nuevo enfrentamiento de fuerzas. Así ha sido siempre."

 

Su comprensión de la vocación autonómica de los pueblos era la correcta. Pero en aquellos años Tannenbaum no sospechó el papel político del Estado revolucionario en aquella vida del campo. La toleraría, la protegería, la regiría, la normaría, la educaría, la sostendría, pero a costa de lo más preciado: su autonomía.


Fragmento de El gringo que entendió a México
Frank Tannembaum citado en un ensayo de Enrique Krauze, tomado de la revista Letras Libres de Diciembre de 2010.

sábado, 18 de diciembre de 2010

El gringo que entendió a México II


En aquella segunda obra (Peace by revolution, 1933), el título era la clave: según Tannenbaum, México había alcanzado parcialmente la paz a través de la revolución, pero la única forma de consolidar esa paz y evitar un nuevo ciclo de violencia (en un país que nunca había estado "listo" para la democracia) era llevando la revolución a sus consecuencias naturales, lo cual a su juicio suponía cumplir a plenitud con el proyecto "parroquial" y agrario de la lucha. Había que reivindicar integralmente a quienes eran, para él, los actores principales de la Revolución: los pueblos libres de México. Tannenbaum los había censado en su primer libro. A principio de los treinta existían, en efecto, alrededor de 100,000. Eran pobres, aislados, autárquicos pero, en la visión de Tannenbaum, constituían "la mejor influencia para el México de hoy y mañana". Esos pueblos no habían leído las doctrinas de Kropotkin: las encarnaban de manera espontánea. De esta óptica proviene su interpretación de la lucha armada que llegaría a ser la versión canónica en México:

 

"La Revolución mexicana fue anónima. Era obra, esencialmente, del trabajo de la gente común. Ningún partido organizado presidió su nacimiento, ningún gran intelectual prescribió su programa, formuló su doctrina o delineó sus objetivos."


Fragmento de El gringo que entendió a México
Frank Tannembaum citado en un ensayo de Enrique Krauze, tomado de la revista Letras Libres de Diciembre de 2010.

viernes, 17 de diciembre de 2010

El gringo que entendió a México I

MÉXICO... ¡Qué extraño y curioso nombre! Para el estadounidense común, México es un gran enigma, un lugar en donde siempre ocurre lo inesperado [...] El que conozcamos tan poco de México no se debe sólo a que sea tan diferente –tan esencial y fundamentalmente ajeno a [...] nuestras propias ideas y costumbres– sino a que es tan complejo, multifacético, colorido, tan pleno de contrastes [...] Conocemos mejor lo que sucede en Albania, Armenia, o Afganistán que lo que ocurre en México.
Pero conocer México es casi una obligación moral.

Fragmento de El gringo que entendió a México
Frank Tannembaum citado en un ensayo de Enrique Krauze, tomado de la revista Letras Libres de Diciembre de 2010.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Género y Democracia (Parte II).

(…)  Aristóteles aclara que no es la convención, sino el nacimiento, lo que divide a los hombres en libres y esclavos, aun cuando el azar pueda invertir el curso natural de las cosas. Un esclavo puede encontrarse en posición de gobernar sobre un hombre libre, pero esta relación sólo estará encarnando una perversión de la naturaleza. Lo mismo sucedería, desde luego, si una mujer mandara sobre hombres libres, o si pretendiera ocupar un sitio en la ciudadanía (…)

(…) Las jerarquías naturales establecen dentro del espacio doméstico una estructura de dominio vertical propia de la monarquías absolutas (…)

(…) el hombre libre, que ejerce un poder incuestionado en la casa, accede al mundo público gracias al estatus y las condiciones logradas en lo doméstico. En efecto, no sólo puede ser hombre libre un ciudadano porque es un varón, sino porque es propietario, en alguna escala (…)

Fragmentos de "Género y Democracia"
De Estela Serret

martes, 30 de noviembre de 2010

Género y Democracia (parte I)

(…)  como nos hace saber Aristóteles con toda precisión, la comunidad política se encuentra dividida en dos espacios, es decir, que la vida del total de los habitantes de una polis griega transcurre según lógicas distintas dependiendo del tipo de acciones que se realicen y entre quiénes lleven a cabo esas acciones. Por un lado, encontramos la interacción que se produce entre los miembros de las familias, y entre ellos y las familias de esclavos. En este nivel las relaciones son jerárquicas y desiguales, porque unos cuantos libres gobiernan al resto de los miembros de la casa; éste es el espacio doméstico, y a su interior se producen relaciones tanto políticas como económicas, según los conceptos modernos. En un segundo espacio, el público, la interacción se produce sólo entre individuos libres e iguales, por lo tanto, ninguno gobierna propiamente a otro, sino que todos están sometidos a la misma Ley racional.

Esta peculiar división va a generar alguna confusión mental, pues el espacio público se va a designar con el mismo título que la comunidad política en su conjunto, es decir, como polis. Lo anterior se explica porque, para el pensamiento occidental, ya desde sus orígenes, es espacio doméstico sólo tiene sentido en cuanto fundamento de lo público, y no por sí mismo. De la casa, en efecto, sale el varón racional convertido en hombre público; dentro de ella juega a la vez los papeles de varón/esposo, padre y amo. Bajo cada una de estas figuras ejerce un dominio singular. Todos sus poderes, sin embargo, se deben a una capacidad innata que le hace superior a los demás miembros de la casa.

Así, el varón/esposo manda sobre su esposa porque es un hombre, pero aunque no se menciona explícitamente de esta manera, también sobre las demás mujeres, cualquiera que sea su relación de parentesco. La superioridad natural de los hombres sobre las mujeres, se debe, a decir de Aristóteles, a la menor virtud (cualidad moral/capacidad de razonar) de estas últimas a causa de su "constitución" defectuosa. La cultura helénica no concibe la diferencia sexual, como lo haría Occidente a partir del siglo XIX, como una oposición sustancial, sino que entiende al sexo femenino como un sexo masculino deficiente, incompleto.

Fragmento de "Género y Democracia"
De Estela Serret

domingo, 28 de noviembre de 2010

Nocturno en que nada se oye



En medio de un silencio desierto como la calle antes del crimen
sin respirar siquiera para que nada turbe mi muerte
en esta soledad sin paredes
al tiempo que huyeron los ángulos
en la tumba del lecho dejo mi estatua sin sangre
para salir en un momento tan lento
en un interminable descenso
sin brazos que tender
sin dedos para alcanzar la escala que cae de un piano invisible
sin más que una mirada y una voz
que no recuerdan haber salido de ojos y labios
¿qué son labios? ¿qué son miradas que son labios?
Y mi voz ya no es mía
dentro del agua que no moja
dentro del aire de vidrio
dentro del fuego lívido que corta como el grito
Y en el juego angustioso de un espejo frente a otro
cae mi voz
y mi voz que madura
y mi voz quemadura
y mi bosque madura
y mi voz quema dura
como el hielo de vidrio
como el grito de hielo
aquí en el caracol de la oreja
el latido de un mar en el que no sé nada
en el que no se nada
porque he dejado pies y brazos en la orilla
siento caer fuera de mí la red de mis nervios
mas huye todo como el pez que se da cuenta
hasta ciento en el pulso de mis sienes
muda telegrafía a la que nadie responde
porque el sueño y la muerte nada tienen ya que decirse.

De Xavier Villaurrutia

Me dueles



Me dueles.
Mansamente, insoportablemente, me dueles.
Toma mi cabeza, córtame el cuello.
Nada queda de mí después de este amor.
Entre los escombros de mi alma búscame,
escúchame.
En algún sitio mi voz, sobreviviente, llama,
pide tu asombro,
tu iluminado silencio.
Atravesando muros, atmósferas, edades,
tu rostro (tu rostro que parece que fuera cierto)
viene desde la muerte, desde antes
del primer día que despertara al mundo.
¡Qué claridad tu rostro, qué ternura
de luz ensimismada,
qué dibujo de miel sobre hojas de agua!
Amo tus ojos, amo, amo tus ojos.
Soy como el hijo de tus ojos,
como una gota de tus ojos soy.
Levántame. De entre tus pies levántame, recógeme,
del suelo, de la sombra que pisas,
del rincón de tu cuarto que nunca ves en sueños.
Levántame. Porque he caído de tus manos
y quiero vivir, vivir, vivir.



Jaime Sabines
vivir, vivir.

domingo, 21 de noviembre de 2010

No te salves

No te quedes inmóvil
al borde del camino,
no congeles el júbilo,
no quieras con desgana,
no te salves ahora
ni nunca.

No te salves,
no te llenes de calma,
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo,
no dejes caer los párpados
pesados como juicios,
no te quedes sin labios,
no te duermas sin sueño,
no te pienses sin sangre,
no te juzgues sin tiempo.

Pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo,
y quieres con desgana,
y te salvas ahora
y te llenas de calma,
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo,
y dejas caer los párpados
pesados como juicios,
y te secas sin labios,
y te duermes sin sueño,
y te piensas sin sangre,
y te juzgas sin tiempo,
y te quedas inmóvil
al bordel del camino
y te salvas,
entonces
no te quedes conmigo

Mario Benedetti

Mientras tú existas

Mientras tú existas,
mientas mi mirada
te busque más allá de las colinas,
mientras nada
me llene el corazón,
si no es tu imagen, y haya
una remota posibilidad de que estés viva
en algún sitio, iluminada
por una luz cualquiera...
Mientras
yo presienta que eres y te llamas
así, con ese nombre tuyo
tan pequeño,
seguiré como ahora, amada
mía,
transido de distancia,
bajo ese amor que crece y no se muere
bajo ese amor que sigue y nunca acaba

Ángel González