Personalmente, le doy la bienvenida a esta idea como un testimonio qué tan poca diferencia existe realmente entre las mujeres y los hombres. Creer que una mujer es una mujer a causa de sus cromosomas sexuales, de sus órganos reproductores, o de la socialización, niega la realidad de que todos y cada uno de nuestros días, nos la pasamos clasificando a cada persona que vemos, ya sea como hombre o como mujer, basándonos en un pequeño conjunto de señales visuales y en una tonelada de cosas asumidas. La única cosa que las mujeres compartimos es que todas somos percibidas como mujeres y tratadas en consecuencia. Como feminista, aguardo el momento en que finalmente iremos más allá de la idea de que la biología es el destino, y reconoceremos que las diferencias más importantes que existen entre las mujeres y los hombres en nuestra sociedad son los diferentes significados que le damos a unos y a otros cuerpos.
Julia Serano, fragmento de "La chica del látigo "
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