martes, 22 de enero de 2013

Amor subversivo

El eje de la sociedad feudal era el vínculo vertical, a un tiempo jurídico y sagrado, entre el señor y el vasallo. En la España musulmana los emires y los grandes señores se habían declarado sirvientes y esclavos de sus amadas. Los poetas provenzales adoptan la costumbre árabe, invierten la relación tradicional de los sexos, llaman a la dama su señora y se confiesan sus sirvientes. En una sociedad mucho más abierta que la hispano-musulmana y en la que las mujeres gozaban de libertades impensables bajo el Islam, este cambio fue una verdadera revolución. Trastoco las imágenes del hombre y la mujer consagradas por la tradición, afecto a las costumbres, alcanzo al vocabulario y, a través del lenguaje, a la visión del mundo. Siguiendo el uso de los poetas de Al-Andaluz, que llamaban a sus amadas sayyicii (mi señor) y mawlanga (mi dueño), los provenzales llamaron a sus damas midotts (meus dominus). Es un uso que ha llegado hasta nuestros días. La masculinización del tratamiento de las damas tendía a subrayar la alteración de la jerarquía de los sexos: la mujer ocupaba la posición superior y el amante la del vasallo. El amor es subversivo.

Octavio Paz en "La llama doble"

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