sábado, 12 de enero de 2013

La Biblia como fuente literaria

La Biblia del Rey Jaime de 1611 —la Versión Autorizada— incluye pasajes de extraordinario mérito literario por derecho propio; por ejemplo, El Cantar de los Cantares y el sublime Eclesiastés (que me han dicho que es muy hermoso también en el original hebreo). Pero la razón principal de que la Biblia inglesa necesite formar parte de nuestra educación es que es un libro que supone una fuente principal de cultura literaria. Lo mismo vale para las leyendas de los dioses griegos y romanos, y hemos aprendido sobre ellos sin tener que preguntarnos si creemos en ellos. Aquí hay una lista rápida de frases bíblicas, o inspiradas en la Biblia, que se emplean comúnmente en inglés literario o conversacional, desde la alta poesía hasta los gastados clichés, desde los proverbios al cotilleo.
«Creced y multiplicaos»; «Al este del Edén»; «La costilla de Adán»; «¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?»; «La señal de Caín»; «Más viejo que Matusalén»; «Un plato de lentejas»; «Vendió su primogenitura»; «La escalera de Jacob»; «Capa de muchos colores»; «Entre el trigo extraño»; «Ciego en Gaza»; «La fertilidad de la tierra»; «El ternero cebado»; «Extraños en una tierra extraña»; «La zarza ardiente»; «Una tierra que mana leche y miel»; «Deja ir a mi pueblo»; «Ollas de carne»; «Ojo por ojo y diente por diente»; «Está seguro de que tu pecado te encontrará»; «La manzana de su ojo»; «Las estrellas en sus cursos»; «Cuajada en copa de príncipes»; «Las huestes de Midián»; «Sibolet»; «Del fuerte salió dulzura»; «Les dio una soberana paliza»; «Filisteos»; «Un hombre tras su propio corazón»; «Como David y Jonatán»; «Más maravilloso que amoríos de mujeres»; «¿Cómo cayeron los valientes?»; «Cordero de oveja»; «Hombre de Belial»; «Jezabel»; «La reina de Saba»; «Sabiduría de Salomón»; «No se me dijo ni la mitad»; «Se ciñó la cintura»; «Disparar al azar su arco»; «Los amigos de Job»; «La paciencia de Job»; «He roído mis huesos con los dientes»; «El valor de la sabiduría es mayor que el de los rubíes»; «Leviatán»; «Fíjate en la hormiga, perezoso; mira su conducta y hazte sabio»; «Quien escatima la vara quiere mal a su hijo»; «Una palabra en sazón»; «Vanidad de vanidades»; «Todo tiene su tiempo y su momento»; «La carrera no es para los veloces, ni el combate para los héroes»; «Componer libros es una tarea sin fin»; «Soy la rosa de Sharon»; «Eres huerto cercado»; «Las raposas pequeñas»; «Las aguas caudalosas no podrían extinguir el amor»; «Forjarán de sus espadas azadones»; «Moler el rostro de los pobres»; «Morará el lobo con el cordero, y el leopardo se echará con el cabrito»; «Déjanos comer y beber, porque mañana moriremos»; «Dispón lo referente a tu casa»; «La voz que clama en el desierto»; «No hay paz para los malos»; «Ver cara a cara»; «Le arrancaron de la tierra de los vivos»; «Bálsamo de Galaad»; «¿Puede el leopardo cambiar sus manchas?»; «El momento de la despedida»; «Un Daniel en la guarida del león»; «El que siembra vientos recoge tempestades»; «Sodoma y Gomorra»; «No solo de pan vive el hombre»; «Apártate de mí, Satán»; «La sal de la tierra»; «Esconder la luz bajo el celemín»; «Poner la otra mejilla»; «Avanzar una milla más»; «Ni la polilla ni la herrumbre los destruyen»; «No echéis las perlas a los cerdos»; «Lobos con piel de cordero»; «Llanto y crujir de dientes»; «El cerdo de Gadará»; «Vino nuevo en odres viejos»; «Sacudir el polvo de los pies»; «Quien no está conmigo está contra mí»; «El juicio de Salomón»; «Cayó en terreno pedregoso»; «A un profeta solo se le desprecia en su tierra»; «Las migajas de la mesa»; «El signo de los tiempos»; «Guarida de ladrones»; «Fariseo»; «Sepulcros blanqueados»; «Guerras y rumores de guerras»; «Criado bueno y fiel»; «Separar las ovejas de las cabras»; «Me lavo las manos»; «El sábado se instituyó para el hombre, no el hombre para el sábado»; «Dejad que los niños se acerquen a mí»; «La ofrenda de la viuda»; «Médico, cúrate a ti mismo»; «El buen samaritano»; «Cruzar al otro lado»; «Las uvas de la ira»; «La oveja descarriada»; «El hijo pródigo»; «Una gran sima establecida»; «Aquel cuyo zapato no soy digno de desatar»; «Arrojar la primera piedra»; «Jesús lloró»; «Nadie tiene mayor amor que este»; «Dudoso santo Tomás»; «Camino de Damasco»; «Una ley en sí mismo»; «Ver mediante un espejo, borrosamente»; «¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?»; «Un aguijón en la carne»; «Caídos en desgracia»; «No ser bebedor ni pendenciero»; «La raíz de todo mal»; «Combatir el buen combate»; «Toda carne es como heno»; «El ser más débil»; «Soy el Alfa y la Omega»; «Armagedón»; «Desde lo más profundo»; «Quo Vadis»; «Llueve sobre el justo y sobre el injusto».
Cada uno de esos modismos, frases o clichés proviene directamente de la Versión Autorizada de la Biblia del Rey Jaime. Seguramente la ignorancia de la Biblia supone el empobrecimiento de la apreciación de la literatura inglesa. Y no solo de la literatura solemne y seria.

Dawkins en "El espejismo de Dios"

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