jueves, 10 de marzo de 2011

La inteligencia

La inteligencia es externa, circunstancial, depende del acomodo de las distintas partes que se encuentran, y por eso varían según las circunstancias. Está en la zona de un encuentro feliz (o infeliz) con la realidad con que se presenta (como invitación, como problema o como simple realidad) a solas o en diálogo. Está en ninguna parte (en el aire, digamos), aunque puede objetivarse en soluciones: un poema, un teorema, una ley, una operación quirúrgica, la construcción de una presa o la filmación de una película. Las soluciones inteligentes (o no) permanecen como algo que sigue ahí, físicamente, y que puede evaluarse. Su inteligencia es objetiva, externa a las personas que produjeron la solución. Cuando éstas se sienten rebasadas por la solución que descubren son realistas. El grado de inteligencia no es una propiedad de las personas, sino de las soluciones.

Naturalmente, si algunas o muchas soluciones producidas por alguien son inteligentes, cabe decir que es una persona inteligente; o más exactamente, que ha estado inspirada. Pero nada garantiza la inspiración. La próxima solución puede ser tonta.

Gabriel Zaid

Fragmento de "Grados de inteligencia" tomado de la revista "Letras Libres" No. 147, edición de marzo de 2011.

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