sábado, 19 de marzo de 2011

Habilidades emocionales

Gran parte de las pruebas demuestra que las personas emocionalmente expertas -las que conocen y manejan bien sus propios sentimientos e interpretan y se enfrentan con eficacia a los sentimientos de los demás- cuentan con ventajas en cualquier aspecto de la vida, ya sea en las relaciones amorosas e íntimas, o en elegir las reglas tácitas que gobiernan el éxito en la política organizativa. Las personas con habilidades emocionales bien desarrolladas también tienen más probabilidades de sentirse satisfechas y ser eficaces en su vida, y de dominar los hábitos mentales que favorezcan su propia productividad; las personas que no pueden poner cierto orden en su vida emocional libran batallas interiores que sabotean su capacidad de concentrarse en el trabajo y pensar con claridad.

Daniel Coleman
Fragmento del libro "La inteligencia emocional"


viernes, 18 de marzo de 2011

Inteligencia emocional

En cierto sentido, tenemos dos cerebros, dos mentes y dos clases diferentes de inteligencia: la racional y la emocional. Nuestro desempeño en la vida está determinado por ambas; lo que importa no es sólo el cociente intelectual sino también la inteligencia emocional. En efecto, el intelecto no puede operar de manera óptima sin la inteligencia emocional. Por lo general, la complementariedad del sistema límbico y la neocorteza, de la amígdala y los lóbulos prefrontales, significa que cada uno de ellos es un socio plena de la vida mental. Cuando estos socios interactúan positivamente, la inteligencia emocional aumenta, lo mismo que la capacidad intelectual.

Daniel Coleman
Fragmento del libro "La inteligencia emocional".

jueves, 17 de marzo de 2011

Forastero


"Para morir eligió un día cualquiera de aquél tórrido agosto, y al habitación de un hotel cerca de la estación: en la ciudad que le pertenecía, quiso morir como un forastero".




Natalia Ginzburg
Fragmento de "Retrato de un amigo"
Tomado de la revista "Letras Libres" No. 147, edición de marzo de 2011.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Una certeza

"Si me detengo un momento a pensar, no me hallo en mi pasado y sus agitaciones no las entiendo. Es como si le hubiese tocado a otro, y yo asomase ahora de un escondite. Un agujero donde hubiera vivido hasta hoy sin saber cómo. Si no fuera porque en estos momentos experimento un gran estupor y ni siquiera me reconozco, diría que el escondite del que yo salgo soy yo mismo".

Cesare Pavese
Fragmento del cuento "Una certeza"
Tomado de la revista "Letras Libres" No. 147, edición de marzo de 2011.

jueves, 10 de marzo de 2011

La inteligencia

La inteligencia es externa, circunstancial, depende del acomodo de las distintas partes que se encuentran, y por eso varían según las circunstancias. Está en la zona de un encuentro feliz (o infeliz) con la realidad con que se presenta (como invitación, como problema o como simple realidad) a solas o en diálogo. Está en ninguna parte (en el aire, digamos), aunque puede objetivarse en soluciones: un poema, un teorema, una ley, una operación quirúrgica, la construcción de una presa o la filmación de una película. Las soluciones inteligentes (o no) permanecen como algo que sigue ahí, físicamente, y que puede evaluarse. Su inteligencia es objetiva, externa a las personas que produjeron la solución. Cuando éstas se sienten rebasadas por la solución que descubren son realistas. El grado de inteligencia no es una propiedad de las personas, sino de las soluciones.

Naturalmente, si algunas o muchas soluciones producidas por alguien son inteligentes, cabe decir que es una persona inteligente; o más exactamente, que ha estado inspirada. Pero nada garantiza la inspiración. La próxima solución puede ser tonta.

Gabriel Zaid

Fragmento de "Grados de inteligencia" tomado de la revista "Letras Libres" No. 147, edición de marzo de 2011.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Escribirte otra vez, ir al Correo...


Escribirte otra vez, ir al Correo;
tocar mi lengua sus orillas frías;
llevar la cuenta exacta de los días
que hace que se efectuó nuestro himeneo.

Pensar que hace ya mucho que no veo
tus ojos claros y tus manos mías;
aguardar tu respuesta en las vacías
horas en que pensare me recreo.

Robar al sueño la ilusión de verte
y la vigilia el dulce de soñarte
con temor y esperanza de perderte.

No hallar tu imagen en ninguna parte;
eso es amor, mi bien, y de esta suerte,
vivo y muero tan sólo de aguardarte.


Salvador Novo, tomado de su autobiografía "La Estatua de Sal"

lunes, 7 de marzo de 2011

Tus manos fuertes, grandes, que me daban...


Tus manos fuertes, grandes, que me daban
la vida en sus caricias, y la muerte;
mis manos, que quisieron retenerte;
tus manos, que mi pecho desgarraban.

Tus manos, que en la sangre se pintaban
del corazón que palpitó por verte;
mis manos, sacudidas de su inerte
vacío si a las tuyas se enlazaban.

El milagro ocurrió. No fueron vanos
a los ojos de Dios mis hondos ruegos
ni mis suspiros sordos y lejanos.

Y volvieron a ver mis ojos ciegos
tintas en sangre tus soñadas manos
(pero sangre de reses -y borregos).

Salvador Novo, tomado de su autobiografía "La Estatua de Sal"

domingo, 6 de marzo de 2011

Este fácil soneto cotidiano...


Este fácil soneto cotidiano
que mis insomnios nutre y desvanece,
sin objeto ni dádiva se ofrece
al nocturno sopor del sueño vano.

¡Inanimado lápiz que en mi mano
mis sueños graba o mis ensueños mece!
En tus concisas líneas aparece
la vida fácil, el camino llano.

Extinguiré la luz. Y amanecida,
el diamante de ayer será el leerte
una hoguera de cenizas consumida.

Y he de concluir, soneto, y contenerte
como destila el jugo de la vida
la perfección serena de la muerte.


Salvador Novo, tomado de su autobiografía "La Estatua de Sal"

sábado, 5 de marzo de 2011

Pienso, mi amor, en ti todas las horas...


Pienso, mi amor, en ti todas las horas
del insomnio tenaz en que me abraso;
quiero tus ojos, busco tu regazo
y escucho tus palabras seductoras.

Digo tu nombre en sílabas sonoras,
oigo el marcial acento de tu paso,
te abro mi pecho -y el falaz abrazo
humedece en mis ojos las auroras.

Está mi lecho lánguido y sombrío
porque me faltas tu, sol de mi antojo,
ángel por cuyo beso desvarío.

Miro la vida con mortal enojo;
y todo esto me pasa, dueño mío,
porque hace una semana que no cojo.

Salvador Novo, tomado de su autobiografía "La Estatua de Sal"

viernes, 4 de marzo de 2011

Escribir porque sí, por ver si acaso...

Escribir porque sí, por ver si acaso
se hace un soneto más que nada valga;
para matar el tiempo, y porque salga
una obligada consonante al paso.

Porque yo fui escritor, y éste es el caso
que era tan flaco como perra galga;
crecióme la papada como nalga,
vasto de carne y te talento escaso.

¡Qué le vamos a hacer! Ganar dinero
y que la gente nunca se entrometa
a ver si se lo cedes a tu cuero.

Un escritor genial, un gran poeta...
Desde los tiempos del señor Madero,
es tanto como hacerse la puñeta.

Salvador Novo, tomado de su autobiografía "La Estatua de Sal".