lunes, 31 de octubre de 2011

Rebelión

"Por lo tanto, no cabe duda de que el reacomodo cultural tiene que ver con la nueva censura mediante el exceso, de la que hablaba en mi libro Del exceso de realidad, como si se tratara de impedir por todos los medios que aflore lo reprimido. No hay que olvidar el creciente número de seres que la globalización aleja cada día más de sí mismos. Hasta podría ser que esta suerte de desastres referentes a la memoria esté al origen de las peores afirmaciones de identidad como alternativas al mundo interconectado. Así nos están despojando de los tesoros que nos legaron –eso mismo a lo que usted aludía con la tradición– y me parece que las maneras de reconquistar estos tesoros están en las formas de oposición a este mundo, pero hay que empezar por deshacerse de todos los envoltorios culturales que los desfiguran cada vez más para acomodarlos a la moda del día. Es una manera de rebelión al alcance de todos, que además conlleva la promesa del encantamiento."

"Usted y yo comentábamos cuánto la relectura de Victor Hugo nos había maravillado, aun cuando todos los esfuerzos habían sido desplegados para relegar a Hugo a una especie de gabinete de antigüedades. Pero basta un gesto muy sencillo, el más sencillo del mundo: tomar un libro, abrirlo, leerlo. Entonces, de pronto, surge la maravilla. Y esta forma de oposición es muy sencilla."

Annie Le Brun, fragmento de la entrevista "Los vericuetos del mal" (Traducción del francés de Fabienne Bradu) tomado de la Revista "Letras Libres" edición de octubre de 2011.

Mi manera de pensar...

"Mi manera de pensar, dices, no puede ser aprobada. ¡Pues, qué me importa! ¡Bastante loco es quien adopta una manera de pensar como la de los demás! Mi manera de pensar es el fruto de mis reflexiones; está implicada en mi existencia, en mi organización. No soy dueño de cambiarla; y aunque pudiera no lo haría. Esa manera de pensar que censuras es el único consuelo de mi vida; alivia mis penas en prisión, constituye todos mis placeres en el mundo y la quiero más que a mi vida. No es en absoluto mi manera de pensar la que ha hecho mi desgracia; es la de los otros. Por ende, como usted dice, si mi libertad me costara el sacrificio de mis propios principios o de mis gustos, podemos decirnos un adiós definitivo porque preferiría sacrificar mil vidas y mil libertades si las tuviera. Hasta en el cadalso no cambiaría."

Marqués de Sade, Carta a su esposa Renée, noviembre de 1783 (fragmento)

martes, 4 de octubre de 2011

El Tigre de William Blake

El tigre

Tigre, tigre, que te enciendes en luz
por los bosques de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
pudo idear tu terrible simetría?

¿En qué profundidades distantes,
en qué cielos ardió el fuego de tus ojos?
¿Con qué alas osó elevarse?
¿Qué mano osó tomar ese fuego?

¿Y qué hombro, y qué arte
pudo tejer la nervadura de tu corazón?
Y al comenzar los latidos de tu corazón,
¿qué mano terrible? ¿Qué terribles pies?

¿Qué martillo? ¿Qué cadena?
¿En qué horno se templó tu cerebro?
¿En qué yunque?
¿Qué tremendas garras osaron
sus mortales terrores dominar?

Cuando las estrellas arrojaron sus lanzas
y bañaron los cielos con sus lágrimas
¿sonrió al ver su obra?
¿Quien hizo al cordero fue quien te hizo?

Tigre, tigre, que te enciendes en luz,
por los bosques de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
osó idear tu terrible simetría?

Versión de Antonio Restrepo

Escena originaria

No sé muy bien cómo voy a dar a la Facultad de Filosofía y Letras. Como cualquier chica de clase media, en mi casa tenía libros y leía, pero no tengo una escena originaria. Sí tengo una escena: el momento en que un barco zarpa, el momento en que un barco se despega del muelle y ya está en el agua. Y empieza a navegar. Transcurre en el primero o segundo año, estoy estudiando letras, debo tener diecisiete, dieciocho años.

Mi profesor de literatura inglesa era Jaime Rest, de la cátedra de Borges, pero Borges no estaba. A mí no me preocupaba mucho... por ignorancia, y seguramente porque no lo habría entendido. Estaba Rest, que era un profesor extraordinario y un gran crítico, a la inglesa, un ensayista. Un día dio como asignación la lectura de "El tigre", de William Blake. Yo fui al instituto de literatura inglesa, que funcionaba en un sótano, a la vuelta de la facultad, busqué el poema, lo leí, lo leí en inglés... y no entendí nada, literalmente. Es decir, entendía cada una de las palabras, pero no entendía, me parecía por un lado demasiado sencillo y, por el otro, completamente opaco, incomprensible. Rest estaba dando vueltas por ahí. Entonces fui y le dije "mire, profesor, usted pidió que leamos este poema, y yo no entiendo, no entiendo qué es esto, qué hay que hacer con esto". Hoy hubiera dicho qué hay que hacer con este artefacto, pero en ese momento no podía decir eso. Así que dije no entiendo. Rest me dijo "siéntese", y empezó una explicación que duró unos quince minutos. Yo comencé esa explicación siendo una persona y la terminé siendo otra. No recuerdo qué me dijo, no recuerdo su explicación. Yo creo que fue una clásica explicación de texto. Pero lo que recuerdo perfectamente fue sentir que, en algún momento de esos quince minutos, en mi cabeza se producía un ruido, un ruido físico, material. Y que de alguna manera yo decía "se trata de esto"; no el poema, o no solo el poema, sino la literatura entera.

Fragmento de la entrevista a Beatriz Sarlo por Pablo E. Chacon "Sobre literatura y política" tomado de la revista "Letras Libres" edición octubre de 2011.

Proyecto nacional

La democracia prometió un relevo civilizado, el recambio de élites y la posibilidad de un nuevo proyecto nacional. Trajo métodos pero no contenidos, atomizó el poder y asentó notables incapacidades directivas; eliminó el vértice pero mantuvo a la pirámide corporativa, que hoy lastres y extorsiona. Sin proyecto nacional no existe el contexto, ni la vitalidad ni las motivaciones que inspiren obras físicas públicas de gran significado, capaces de modificar el terreno de juego para el desarrollo regional y nacional. En la alternancia democrática, sólo la inercia (nada desdeñable) de la disciplina y el orden macroeconómico nos mantiene en movimiento.

Fragmento de la "Ingeniería, política y grandes proyectos" de Gabriel Quadri de la Torre tomado de la revista "Letras Libres" edición octubre de 2011.

El agua

El agua es igual al tiempo y proporciona a la belleza su doble. Constituidos en parte por agua, servidos a la belleza del mismo modo. Al rozar el agua, esta ciudad mejora la apariencia del tiempo, embellece el futuro. Ese es el papel de esta ciudad en el universo. Porque la ciudad es estatica, mientras que nosotros nos movemos. La lágrima es prueba de ello. Porque nosotros partimos y la belleza se queda. Porque nosotros vamos hacia el futuro, en tanto que la belleza es presente.

Joseph Brodsky hablando de Venecia y citado por Juan Carlos Cano en "El rescate de los lagos" tomado de la revista "Letras Libres", edición ooctubre 2011.