viernes, 4 de noviembre de 2011

Violencia, luto y política

La pregunta que me preocupa a la luz de la reciente violencia mundial es, ¿quién cuenta como humano?, ¿las vidas de quién cuentan como vidas? y, finalmente, ¿qué hace que una vida sea digna de llorarse? A pesar de nuestras diferencias de ubicación e historia, mi presunción es que es posible apelar a un "nosotros", ya que todos tenemos una noción de lo que es haber perdido a alguien. La pérdida ha formado un tenue "nosotros" a partir de nosotros mismos. Y si hemos perdido es porque hemos tenido, porque hemos deseado y amado, por-que hemos luchado para encontrar las condiciones para nuestro deseo. En décadas recientes, todos hemos perdido a personas a causa del SIDA, pero hay otras pérdidas que nos infligen, que se deben a enfermedades y al conflicto global; también está el hecho de que las mujeres y las minorías, incluyendo las minorías sexuales, están, como una comunidad, sujetas a violencia y expuestas a su posibilidad, sino a su realización. Esto significa que cada uno de nosotros está constituido políticamente, en parte, en virtud de la vulnerabilidad social de nuestros cuerpos –como un sitio de deseo y vulnerabilidad física, como sitio de una publicidad a la vez asertiva y expuesta. Pérdida y vulnerabilidad parecen ser el resultado de nuestros cuerpos socialmente constituidos, cuerpos vinculados a otros, corriendo el riesgo de perder esos vínculos, cuerpos expuestos a otros, corriendo el riesgo de la violencia por el solo hecho de esa exposición.

Judith Butler, fragmento de "Violencia, luto y política" Traducción: Edison Hurtado y Lola Pérez,  Universidad de California en Berkeley.

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