jueves, 20 de septiembre de 2012

Quinta tarea: El servicio a lo irracional

Las tareas psíquicas de esta fase de aprendizaje son las siguientes: Quedarse con la bruja, aclimatarse a los grandes poderes salvajes de la psique femenina. Comprender su poder (el propio poder) y el de las purificaciones interiores; limpiar, clasificar, dar de comer, construir energías e ideas (lavar la ropa de la Baba Yagá, guisar para ella, limpiarle la casa y clasificar los elementos).  

No hace mucho tiempo, las mujeres mantenían una estrecha relación con los ritmos de la vida y de la muerte. Aspiraban el intenso olor a hierro de la sangre fresca del parto. Y lavaban también los cuerpos medio fríos de los muertos. La psique de las mujeres modernas, sobre todo de las que pertenecen a las culturas industriales y tecnológicas, se ven privadas a menudo de estas benditas y fundamentales experiencias de transmisión directa. Pero hay un medio para que la novata participe plenamente de los delicados aspectos de los ciclos de la vida y la muerte. 

Baba Yagá, la Madre Salvaje, es la maestra a la que podemos recurrir en estas cuestiones. Ella enseña cómo ordenar la casa del alma. Infunde en el ego un orden alternativo, en el que la magia puede ocurrir, la alegría es posible, el apetito permanece intacto y las tareas se llevan a cabo con placer. Baba Yagá es el modelo de la fidelidad al Yo. Enseña la muerte y la renovación. 

En el cuento, le enseña a Vasalisa a cuidar de la casa psíquica de lo femenino salvaje. La colada de Baba Yagá es un símbolo extraordinario. En los países arcaicos, todavía en la actualidad, para lavar la ropa hay que bajar al río y allí se hacen las abluciones rituales que la gente lleva haciendo desde tiempos inmemoriales para renovar la ropa. Es un símbolo espléndido de la purificación de toda la orientación de la psique.

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Lavar algo es un ritual de purificación eterno. Significa no sólo purificar sino también —como el bautismo, del latín baptisma, ablución, inmersión— empapar, impregnar de numen espiritual y misterio. En el cuento, la colada es la primera tarea. Significa tensar de nuevo lo que se había aflojado con el uso. Las prendas de vestir son como nosotras, se siguen llevando hasta que, como nuestras ideas y nuestros valores, se aflojan con el tiempo. La renovación, la vivificación, tiene lugar en el agua, en el redescubrimiento de lo que realmente consideramos verdadero, de lo que realmente consideramos sagrado. 

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La siguiente tarea de Vasalisa es barrer la cabaña y el patio. En los cuentos de hadas de la Europa oriental, las escobas suelen estar hechas con ramas de árboles y arbustos y, a veces, de raíces de plantas fibrosas. La misión de Vasalisa es pasar este objeto hecho con materia vegetal por los sucios de la casa y el patio con el fin de eliminar los desechos. La mujer sabia mantiene ordenado su ambiente psíquico, Y lo hace conservando la cabeza clara, conservando un espacio libre para su trabajo y esforzándose por llevar a feliz término sus ideas y proyectos.

A muchas mujeres dicha tarea les exige que cada día dejen libre un espacio pira la meditación, un espacio para vivir que sea indiscutiblemente suyo y con papel, plumas, pinturas, herramientas, conversaciones, tiempo y libertades destinadas exclusivamente a este fin muchas de ellas adquieren ese tiempo y ese lugar especiales para el trabajo a través del psicoanálisis la contemplación, la meditación, la aceptación de la soledad y otras experiencias de descenso y transformación. Cada mujer tiene sus preferencias, su manera de hacer.

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Barrer la casa significa no sólo valorar la vida no superficial sino también preocuparse por su limpieza. A veces las mujeres se hacen un lío con el trabajo espiritual y descuidan su arquitectura hasta el punto de que la maleza la invade. Poco a poco las estructuras de la psique se van llenando de malas hierbas hasta convertirse prácticamente en una ruina arqueológica oculta en el inconciente de la psique. Un cíclico y decisivo barrido impedirá que eso ocurra. Cuando las mujeres limpian el espacio, la naturaleza salvaje se desarrolla mejor.

Cuando queremos guisar para Baba Yagá, nos preguntamos literalmente, ¿cómo se da de comer a la Baba Yagá de la psique, qué se le da de comer a una diosa tan salvaje? En primer lugar, si alguien quiere guisar para la Yagá, tiene que encender el fuego; una mujer tiene que estar dispuesta a arder al rojo vivo, a arder con pasión, a arder con palabras, con ideas, con deseo de cualquier cosa que ella aprecie sinceramente. Esta pasión es la que, de hecho, permite guisar y lo que se guisa son las sólidas ideas originales de una mujer. Si alguien quiere guisar para la Yagá tiene que procurar que debajo de la propia vida creativa haya un buen fuego. 

A casi todas nosotras nos irían mejor las cosas si nos acostumbráramos a vigilar el fuego que arde debajo de nuestro trabajo, si vigiláramos con más detenimiento el proceso de cocción destinado a alimentar el Yo salvaje. Demasiado a menudo nos apartamos de la olla, de la cocina. Nos olvidamos de vigilar, de añadir combustible y de remover. Pensamos erróneamente que el fuego y la cocción son como una de esas resistentes plantas de interior que pueden pasarse ocho meses sin agua antes de perecer. Pero no es así. El fuego necesita, exige vigilancia, pues la llama se apaga fácilmente. Hay que dar de comer a la Yagá. El hecho de que pase hambre se paga muy caro. 

Por consiguiente, la elaboración de nuevos platos completamente originales, de nuevos rumbos, de compromisos con el propio arte y el propio trabajo es la que constantemente alimenta el alma salvaje. Estas mismas cosas alimentan a la Vieja Madre Salvaje y le dan sustento en nuestra psique. 

Sin el fuego, nuestras grandes ideas, nuestros pensamientos originales y nuestros anhelos y aspiraciones no se .podrán guisar y todo el mundo quedará insatisfecho. Por otra parte, cualquier cosa  que hagamos complacerá a la Madre Salvaje y nos alimentará a todas, siempre y cuando tenga fuego.

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Los ciclos femeninos según las tareas de Vasalisa son los siguientes: Purificar los propios pensamientos y renovar regularmente los propios valores. Eliminar las trivialidades que ocupan la psique, barrer el propio yo, limpiar con regularidad los propios pensamientos y estados emocionales. Encender un fuego duradero debajo de la vida creativa y guisar sistemáticamente ideas significa sobre todo guisar con originalidad mucha vida sin precedentes para poder alimentar la relación entre la mujer y su naturaleza salvaje.

Tomado del Libro "Mujeres que corren con los Lobos" de Clarissa Pinkola Estés ("El rastreo de los hechos: La recuperación de la intuición como iniciación").


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