viernes, 20 de febrero de 2015

«Esto es lo que amas en realidad, jovencito, y no la belleza por sí misma»

" La sabiduría que ordena al ser humano que reconozca y entienda sólo las cosas divinas y lo empuja a buscar lo indefinible y misterioso también lo eleva por encima de la perfección corporal. La elevación del ser humano más allá de su cuerpo significa que en su búsqueda de Dios queda libre de afectos, vive en armonía consigo mismo, indiferente a las cosas del mundo. En consecuencia, el camino por el que Hipatia conduce a sus discípulos hacia lo que ellos llaman «la unión con lo divino» requiere un gran esfuerzo cognitivo y también la perfección ética. La sabiduría por sí sola no es suficiente. Hipatia les enseña que para alcanzar esta visión interior, situada en los límites del conocimiento, que reconoce sólo la belleza, deben ser hermosos ellos; tienen que ser perfectos. Nuestras fuentes revelan que no duda en aplicar rigurosas medidas pedagógicas a los alumnos que no quieren entender esta verdad básica.

Damascio nos habla de una ocasión así. Relata un suceso procedente de la escuela de Hipatia, que posiblemente incluye las palabras mismas de la maestra; si es así, este fragmento representa algo extraordinariamente poco común. Según la información de Damascio, uno de los alumnos de Hipatia se enamora de ella. Incapaz de controlar sus sentimientos, el joven confiesa su amor. Hipatia resuelve castigarlo y encuentra un método eficaz para alejarlo. Como símbolo de la materialidad del cuerpo femenino le muestra su paño higiénico, haciéndole el reproche siguiente: «Esto es lo que amas en realidad, jovencito, y no la belleza por sí misma» [110] .

Damascio relata otra versión del incidente, según la cual se dice que Hipatia domina la pasión del joven mediante la música [111] . Pero el mismo Damascio la considera «sin fundamento» y es probable que tenga razón; cabe que se ofreciera sin más propósito que suavizar la fealdad del suceso real. Cameron está en lo cierto cuando afirma que esta otra versión arroja una luz más favorable sobre Hipatia, pero se equivoca cuando mantiene que concuerda mejor con sus convicciones platónicas [112] . La versión más cruda es de hecho profundamente platónica y nos ofrece la verdadera personalidad de esta mujer. Muestra la repugnancia de Hipatia hacia el cuerpo humano y la sensualidad. Sin duda no está dotada de una personalidad tentadora, placentera o comprensiva. Esas cualidades no cuadran con ella. Lo que se puede decir de Hipatia —como lo hacen las fuentes— es que está dotada de una fuerza de carácter poco común así como de fortaleza ética."

Fragmento de "Hipatia de Alejandría" de Maria Dzielska

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