lunes, 5 de diciembre de 2011

C P U T A


La computadora en blanco
me mira
burlona;
la soberbia emperatriz
            que derrocó al cuadernillo
la noche que se comió
las plumas y los lápices
sólo para mostrarme lo ágil
que puede ser con las teclas.
de haber sabido que me saldría
            muy culata
por el tiro;
ni me fijo,
me hago pendejo como con el bajo…
pero es tan dame más,
tan te reto a que no puedes.
La muy puta
con tal de que le manoseé las haches
y le pula la eñe quedito
es capaz de hipnotizarme
o darme toques muy campante.

Quesque la desaprovecho,
me revienta:
nomás me quieres pascribir
pudiendo  hacer música
o diseñando aviones,
sólo me utilizas,
a lo que yo respondo:
tranquila, flojita, flojita.
Hay que ver cómo se pone
cuando estoy de viaje
y se cela de la libreta.
Y luego escríbeme, escríbeme así
no lo pienses
tecléame
ábreme el espacio
lléname de jotas las igriegas
sóplame en la equis
dame des, más des
ponme en eme
así
así
a que no te atreves
            a chuparme el arroba
a que no me enfalas la efe completa
más rápido
más rápido.

Pero qué decir de las machacantes
sequías de actividad,
de los bloqueos de inspiración,
si cada poco me sale con su
error al tratar de ejecutar
mande un informe a mi distribuidor,
yo le doy a entender a ésta vieja:
quiún diadestos
me consigo una chiquitita
            con más capacidá,
ella sólo contesta
que entre más pequeña
            más compleja
que primero consiga un manual
en el arte de los sistemas,
que su autluk su opdeit su ram,
luego no encuentro tal poema
            o tal tarea
tal archivo no existe
            ni nunca existió.

Y tiene razón;
la muy jija de su regenérica madre,
necesito un manual
pero de redacción,
los sistemas me dan  miedo.

Poema de Eduardo Ribé tomado del "Divagatorio", y éste de "De la hoja al cenicero".

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