miércoles, 7 de enero de 2015

" Era espontánea, transparente; y también serena, mientras que ahora tengo el corazón lleno de ansiedad y rencor"

" Tengo que aprender a controlarme, a observarme, ¡pero está tan poco en mi naturaleza! Era espontánea, transparente; y también serena, mientras que ahora tengo el corazón lleno de ansiedad y rencor. Cuando abrió una revista, no bien se levantó de la mesa, pensé: "Eso no lo hace en lo de Noëllie", y fue más fuerte que yo, dije violentamente:

—¡No lo harías en lo de Noëllie! Por sus ojos pasó un relámpago.
—Quería nada más que echar un vistazo en un artículo —me dijo con tono medido. —No te erices así por insignificancias. —No es culpa mía: todo me eriza. Hubo un silencio: en la mesa le había contado mi día y no encontraba nada que decirle. Hizo un esfuerzo: —¿Terminaste las Cartas de Wilde? —No. No seguí. —Decías que era interesante.
—¡Si supieras el pito que me importa de Wilde, y qué pocas ganas tengo de hablarte de él! Fui a sacar un disco de la discoteca: —¿Quieres que escuchemos la cantata que me trajiste? —De acuerdo. No escuché mucho tiempo; los sollozos me subían a la garganta; la música ya no era más que una excusa. Ya no teníamos nada más que decirnos, obsesionados por la misma historia de la que él se negaba a hablar. Me preguntó con voz paciente: —¿Por qué lloras? —Porque conmigo te aburres. Porque ya no podemos hablarnos.
Has puesto barreras entre nosotros. —Quien las levanta eres tú: no dejas de rumiar acusaciones. Lo exaspero cada día un poco más. No querría. Y así y todo una parte de mí misma lo quiere. Cuando parece alegre y despreocupado, me digo: "Así es muy fácil." Y cualquier pretexto me sirve para alterar su tranquilidad."

Fragmento de "La mujer rota" de Simone de Beauvoir

No hay comentarios:

Publicar un comentario