sábado, 3 de enero de 2015

La mujer rota

" Los hombres se ayudan tanto entre ellos la ley es tan injusta y él tiene tantas influencias que el divorcio sería pronunciado en mi contra. Él se quedaría con Francis más dinero encima y en cuanto al departamento ¡se acabó! Nada que hacer contra ese chantaje asqueante: una pensión y el departamento a cambio de Francis. Estoy en sus manos. Sin plata uno no puede defenderse uno es menos que un doble cero. ¡Qué fracaso fui desinteresada aturdida matándome de risa de la plata! No les hice raspar sus alcancías lo suficiente. Si me hubiera quedado con Florent me habría agenciado un lindo fajo. Tristan me agarró con el cuento de la pasión: tuve lástima dé él. ¡Y aquí estoy! Ese inflado que se hace Napoleón el chiquito me plantó porque no soy una histérica no caí de rodillas ante él. Voy a apurarlo. Voy a decirle que voy a contarle la verdad al chico: no estoy enferma vivo sola porque el roñoso de tu padre me dejó plantada me enamoró y después me torturó llegó hasta a levantarme la mano. Pescarme una crisis de nervios delante del chico abrirme las venas sobre el felpudo de su puerta eso u otra cosa tengo armas y voy a utilizarlas volverá a mí no me pudriré sola en esta barraca con esa gente allá arriba que me pisotea y los vecinos que me despiertan todas las mañanas con su radio y nadie para traerme algo que masticar cuando tengo hambre. Todas esas atorrantas tienen un hombre para protegerlas chicos para servirlas y yo cero: esto no puede seguir así."

Fragmento de "La mujer rota" de Simone de Beauvoir

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