viernes, 28 de diciembre de 2012

La alondra rezagada canta en el silencioso cielo..

La alondra rezagada canta en el silencioso cielo

y desde el occidente,

donde el Sol, concluida su labor del día,

se demora como si estuviera satisfecho,

se cierne sobre la vieja y gris ciudad

una presencia luminosa y serena,

una reluciente paz.

El humo asciende

entre brumas rosadas y doradas: las agujas

de la iglesia brillan y se transforman. En el valle

se alargan las sombras. La alondra continúa su canto y el Sol,

concluyendo su bendición,

se hunde mientras el aire se oscurece

y se estremece por la sensación de la noche triunfante:

la noche que ofrece su cadena de estrellas

y su generosa dádiva del sueño.

¡Que así sea mi partida!

Que, concluida mi tarea y consumado el largo día,

que, recogida la recompensa, haya en mi corazón

una alondra retrasada que canta;

que así me sea dado retirarme hacia el silencioso

[occidente,

un ocaso espléndido y sereno:

la Muerte.

William Ernest Henley en "A book of verses". Traducción  de  Juan Carlos Rodríguez Aguilar.

El libro se puede descargar aquí: http://archive.org/details/bookofverses00henluoft

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