lunes, 23 de julio de 2012

El Poder de los Cuentos II

"Una vez soñé que estaba narrando cuentos y sentí que alguien me palmeaba el pie para darme ánimos. Bajé los ojos y vi que estaba de pie sobre los hombros de una anciana que me sujetaba por los tobillos y, con la cabeza levantada hacia mí, me miraba sonriendo.

—No, no —le dije—, súbete tú a mis hombros, pues eres vieja y yo soy joven.

—No, no —contestó ella—, así tiene que ser.

Entonces vi que la anciana se encontraba de pie sobre los hombros de otra mujer mucho más vieja que ella, quien estaba encaramada a los hombros de una mujer vestida con una túnica, subida a su vez sobre los hombros de otra persona, la cual permanecía de pie sobre los hombros...

Y creí que era cierto lo que me había dicho la vieja del sueño de que así tenía que ser. El alimento para la narración de cuentos procede del poder y las aptitudes de las personas que me han precedido. Según mi experiencia, el momento más significativo del relato extrae su fuerza de una elevada columna de seres humanos unidos entre sí a través del tiempo y el espacio, esmeradamente vestidos con los harapos, los ropajes o la desnudez de su época y llenos a rebosar de una vida que todavía se sigue viviendo. Si es única la fuente y único el numen de los cuentos, todo se halla en esta larga cadena de seres humanos".

Clarissa Pinkola Estés, "Mujeres que corren con los lobos" ("Cantando sobre los huesos")

No hay comentarios:

Publicar un comentario