miércoles, 1 de septiembre de 2010

Performatividad del género

Que no en su nacimiento sino en ese proceso de devenir mujer reside el problema de la mujer es una idea que Butler retiene y extiende desarrollando su análisis, no obstante, desde una perspectiva ya no humanista sino postestructuralista, foucaultiana y derridiana, principalmente. Porque, como se decía más arriba, para Butler tampoco el sujeto nace sino que se hace y se fabrica generizado. La pregunta no es entonces en qué se sostiene ese artificio cultural que nos produce como sujetos generizados. La cuestión, lo que se ha de investigar, es el mecanismo mismo de producción porque el género, afirma Butler, no se erige sobre ninguna identidad, sobre ningún sujeto de carácter previo, que preexista al trabajo de lo cultural y que sea lo que el género expresa o bien, por el contrario, lo que el género se empeña en ocultar o en someter. El discurso de Butler defiende con fuerza una tesis que se está difundiendo con éxito, en función de sus ricas consecuencias, en el horizonte de la teoría feminista postestructuralista; esto es, la tesis de que el género es performativo, es decir, de que el género en cuanto acción performativa "constituye la identidad que se supone que es. En este sentido, el género siempre es un hacer, aunque no un hacer por parte de un sujeto que se pueda considerar preexistente a la acción"[1]; "no hay una identidad de género detrás de las expresiones de género; esa identidad se constituye performativamente por las mismas "expresiones" que, según se dice, son resultado de ésta"(…)

(…) El concepto butleriano de la performatividad del género indica que la adquisición de género no funciona según la lógica expuesta por autoras como Simone de Beauvoir, esto es, que el entramado sociocultural actúa sobre un sujeto ya de algún modo dotado de ciertos atributos. En la teoría de Butler, lo subrayado no es un acto singular y finito sino la acción misma, acción incesante, del ámbito de lo sociocultural y lingüístico que es lo ahí dado y con anterioridad a nuestro nacimiento y que es lo que nos forma, aquello que nos otorga inteligibilidad o que nos la niega. Así, el sujeto generizado no ocupa el lugar de la causa sino el del efecto. Pero como efecto, el sujeto existe y con una densidad tal que en ello nos va la vida porque sólo como sujetos y sujetos con género existimos, al menos por el momento y en las circunstancias actuales.

Elvira Burgos Díaz
Fragmento del ensayo "¿En qué, por qué y para qué somos diferentes varones y mujeres?" donde analiza la obra de Judith Butler.

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