viernes, 25 de julio de 2014

"...yo soy para ti una fantasía, lo único real en ella son unas letras que puedes poner en un contexto sonoro con ayuda de la psicología del lenguaje."

40 minutos después
Re:

¡Ah... Leo, eres tan dulce! Pero lo que hacemos aquí no tiene sentido. No forma parte de la vida real. Mi semana en la nieve sí que fue parte de la vida real. No fue la mejor parte, pero fue una parte buena, y la acepto, no quiero cambiarla, es decir, la tomo tal como es, y está bien que sea tal como es. Los niños fastidiaron un poco, pero ése es su deber como niños. Además, no son mis hijos y en ocasiones me lo reprochan. Pero las vacaciones estuvieron bien tal como estuvieron. (Ya he dicho que estuvieron bien, ¿no?)

Seamos honestos, Leo: yo soy para ti una fantasía, lo único real en ella son unas letras que puedes poner en un contexto sonoro con ayuda de la psicología del lenguaje. Para ti soy como sexo telefónico, pero sin sexo y sin teléfono. O sea: sexo electrónico, pero sin sexo y sin imágenes para descargar. Y tú eres para mí puro juego, una agencia de reciclaje del coqueteo. Contigo puedo hacer lo que me falta: puedo vivir los primeros pasos de un acercamiento (sin necesidad de acercarme realmente). Pero ya somos una parejita en el segundo y tercer paso de un acercamiento que no puede acercarse. Deberíamos ir parando, me parece. Si no, estaremos cerca de quedar en ridículo. Ya no tenemos quince años..., bueno, sobre todo tú, desde luego. El caso es que ya no los tenemos, no hay remedio.
Te diré algo más, Leo. Durante esta semana de vacaciones familiares en la nieve, a veces fastidiosa, pero en conjunto fantástica, tranquila, armónica, divertida y por momentos hasta romántica, no pude dejar de pensar continuamente en ese desconocido oso gris llamado Leo Leike. Eso no está bien. Es enfermizo, ¿verdad?

¿No deberíamos dejarlo?, te pregunta,
Emmi

Extracto de "Contra el viento del norte" de Daniel Glattauer

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